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Foto del escritorEllas a través del cinematógrafo

El campo soviético de Olga Preobrazhénskaya




El cine soviético acogió las primeras creaciones y teorías cinematográficas, estudiado en todos los libros de historia del cine y citado siempre que se habla de lenguaje cinematográfico. Olga Preobrazhénskaya (Moscú, Rusia, 1881 - 1971) desarrolló su arte en medio de la propaganda, las guerras y el nacimiento del cine.

Preobrazhénskaya, como muchas directoras de la época, se inició como actriz. De 1901 a 1904 estudió en la Escuela de Actuación del Teatro de Arte de Moscú, que tenía sólo un par de años de haber sido fundada. Su debut como actriz de cine fue en 1913 en La clave de la felicidad (Vladimir Gardin y Yakov Protazanov) y tras sólo tres años en la industria, en 1916 se inicia como co-directora al lado de Gardin en el filme La joven campesina, poco antes de la Revolución de octubre.

Dejó la dirección por casi nueve años, para dedicarse a la VGIK (Universidad Panrusa Guerásimov de Cinematografía), considerada la primera escuela de cine de la historia y base fundamental de la cinematografía soviética, de la que fue una de las fundadoras y profesoras.

A su retorno como directora filmó casi diez películas más, algunas en conjunto con su marido Ivan Pravov, entre las que encontramos El Don fluye apacible (Unión Soviética, 1930), Stepan Razin (Unión Soviética, 1939), y su obra más conocida Campesinas de Ryazan (Unión Soviética, 1928). Por fortuna esta última es fácil de visualizar, y nos permite conocer su estilo y reconocer las preocupaciones de la cineasta.

Esta película de 1928 no tiene el estilo vanguardista común de los cineastas soviéticos de la época, es más bien contemplativa de lo rural, centrada en el contraste de la poesía del paisaje natural con el trabajo duro y constante de las mujeres campesinas, que con sus maridos en la guerra, tienen que llevar la casa, la siembra y la familia en los hombros.


Para Olga los paisajes exteriores son tan importantes como los personajes humanos, la belleza de la composición y la luz nos transportan a escenas que imaginamos al leer a algún clásico ruso como Gógol o Tolstói, pero no se queda en el sensible retrato de los paisajes.

Preobrazhénskaya usa esos paisajes para reflejar la cultura, costumbres, tradiciones y forma de vivir que parecían antiquísimas en comparación con el cine del momento, tan lleno de maquinaria e industria en sus temas. Esta cotidianeidad con que retrata la naturaleza, los festejos y el trabajo en las zonas rurales son los detalles que hacen de sus películas, particularmente de Campesinas de Ryazan, obras de un alto nivel cinematográfico y hasta etnográfico.

Su construcción de los personajes femeninos no se queda atrás. Logra retratar la complejidad de las mujeres sumergidas en un sistema patriarcal que a veces les permite unirse, pero a otras las obliga a competir para mantener la maquinaria del sistema funcionando. Por ejemplo, en Campesinas de Ryazan encontramos que las dos personajas principales son opuestas; una es sumisa, modesta y trabajadora, mientras que la otra es rebelde, atrevida y decidida sin mucha preocupación de lo que piensen de ella.

Quizá la fama de los cineastas soviéticos de la época le ha impedido ocupar un pedestal dentro de los artistas vitoreados del cine clásico, sin embargo en 1935 obtuvo el reconocimiento de Artista de Honor de la Federación Rusa.

Su habilidad para retratar los aspectos rurales y tradicionales de la vida en la Unión Soviética nos permite reconocer en Olga Preobrazhénskaya una cineasta novedosa, audaz y poética, que además criticaba al patriarcado en sus obras de hace más de un siglo.


Por.- María Lara


Filmografía

El Don fluye apacible



Referencias:



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