Alcoholismo, aborto, moral, honestidad, pobreza, pena de muerte, felicidad, problemas maritales, son temas que en sus inicios (hasta hace pocos años) la industria cinematográfica temía representar en sus películas, sin embargo una mujer puso estos temas sobre las pantallas grandes de principios del siglo XX: Lois Weber (1879 - 1939).
En el año 1907 Lois Weber inició su carrera como actriz dentro de los Estudios Gaumont en su sede estadounidense para, rápidamente, ocupar cargos en la dirección, la producción y el guionismo. Poco después, en 1912, se mudó a la marca Rex de Universal Film Manufacturing en donde produjo de una a dos películas de un carrete (10 minutos aproximadamente)por semana.
Como ejemplo de su producción el cortometraje Suspenso (1913), filme que desarrolla una excepcional historia de suspenso gracias a su montaje refinado, además de experimentar en el campo de la edición al colocar en pantalla tres planos que nos narran simultáneamente lo que sucede con cada personaje en diferentes locaciones.
Weber rompió muchos estándares de la industria cinematográfica del momento. Con el sello de Rex realizó el primer largometraje dirigido por una mujer El mercader de Venecia (1914), una adaptación de la obra de William Shakespeare.
Un año más tarde se mudó de Universal a Hobart Boworth Productions, en donde obtuvo mayor libertad creativa para hacer largometrajes. Con esto, el cine de Weber despierta en la audiencia cuestionamientos acerca de las relaciones humanas y sobre la moral personal y colectiva.
Con su película Hipócritas (1915), una película con un minucioso diseño de arte, presenta un recurso que aparecerá en otras películas de la autora como las rejas que simbolizan la entrada al paraíso. En esta película los protagonistas son un predicador de la Edad Media y “La Verdad Desnuda”. La película narra la historia de la hipocresía de la sociedad y la incapacidad de esta para ver directamente la verdad.
Con Hipócritas la carrera de Weber comienza su controversia. Aborda la hipocresía de los políticos, las relaciones amorosas y los negociantes de la comunidad, actos suficientes para ser vista con algún recelo; pero además el personaje de “La Verdad Desnuda” fue el primer desnudo frontal de una mujer en el cine no pornográfico. Un escándalo mediático que finalmente fue un éxito con el público y la crítica.
Weber regresó a Universal para continuar creando películas polémicas. Trató el tema de la pena capital en The People vs. John Doe (1916), sobre el abuso de las drogas en Hop, the Devil’s Brew (1916), la pobreza e inequidad en Shoes (1916), el aborto y el control de natalidad en Where are my children? (1916) y The hand that rocks the cradle (1917).
En Where are my children? Weber narra la historia de las mujeres de clase alta de la época, quienes al decidir no tener hijos acuden con el Dr. Malfit, un médico que practica abortos ilegales. En medio de disputas morales vemos que en su discurso la película no es exactamente pro-aborto, sino que muestra la facilidad con que las mujeres adineradas pueden acceder a este servicio médico en comparación con las dificultades que encuentran las mujeres de escasos recursos: problemática vigente al día de hoy.
Para 1916, fue la primera y única mujer elegida en Motion Picture Directors Association. En Universal ayudó a impulsar carreras de actrices como Cleo Madison, Lule Warrenton y Dorothy Davenport Reid, quienes se convertirían en directoras o productoras en el futuro.
En 1917 Weber dejó Universal para formar su propia productora: Lois Weber Company. Al mismo tiempo gracias a su negociación con Universal siguió filmando hasta convertirse en la persona mejor pagada de Hollywood ocupando el cargo de dirección.
Con la absoluta libertad creativa que le otorgaba su sello filmográfico, Weber centró sus historias en el matrimonio y la domesticidad, reproduciendo las dificultades morales y existenciales de las mujeres que vivían los cambios hacia la sociedad moderna. Filmó What do men want? (1921), The Blot (1921), Too wise wives.
En Too wise wives proyecta a dos tipos de esposas: la mujer que sacrifica su vida para dedicarse a agradar a su esposo, y por otra parte la mujer rebelde y moderna, que incluso considera serle infiel a su marido. Entre peripecias, las protagonistas encuentran refugio en sus cónyuges.
Poco después, en 1922 la carrera de Weber se fue en declive, en cuanto a número de producciones, sin embargo aún escribió y dirigió cinco películas en la década posterior A chapter in her life (1923), The marrige clause (1926), Sensation seekers (1927), The angel of Broadway (1927), y White Heat (1934).
Para el final de su carrera Lois Weber produjo, dirigió y/o escribió más de cuarenta largometrajes (películas de cuatro o más rollos) y más de doscientos cortometrajes (películas de uno o dos rollos).
Weber fue una mujer que no sólo propuso temáticas dentro de los filmes, sino que además mantuvo un ritmo de producción superior al de casi cualquier creador o creadora de la época, además de ser elogiada por fomentar el talento en las jóvenes estrellas.
Fuentes:
BOU, NÚRIA, "Lois Weber: el pensamiento femenino en movimiento" en: Cinema Comparat/ive Cinema, n.8, 2016, pp. 29-35
Filmografía
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