Las primeras imágenes que vienen a nuestra mente cuando pensamos en cine silente son imágenes cuadradas, granuladas, en blanco y negro con intertítulos que explican los diálogos de la escena, sin embargo, ya en el cine temprano a final de los 1800 se utilizaba la técnica de coloreado a mano que añadía realismo y profundidad a los filmes.
Estas primeras películas se coloreaban a mano, cuadro por cuadro, fotograma por fotograma, con pinceles con un único pelo de camello con el que las mujeres añadían los tintes. Este fue uno de los primeros trabajos destinados a las mujeres en la entonces nueva industria del cine.
Las mujeres, explica Joshua Yumibe en Early Film, Mass Culture, Modernism, como para otras artes decorativas del siglo XIX, se emplearon a menudo para el trabajo artesanal. Las mujeres podían ser explotadas por un salario menor que el de los hombres, además de tener la supuesta mayor sensibilidad y delicadeza, requeridos para este trabajo.
El trabajo de las coloristas era sumamente especializado por lo que algunos nombres quedaron marcados en la historia. Charles Edward Hastings en un artículo publicado en el Moving Picture Mundial de 1927, revelaba algunos de estos nombres, como los de las señoritas Martin y Tompkins o Sarah Levy para Estados Unidos, Elisabeth Thuillier, Mme. Florimond o Germaine y Lucie Berger, que trabajaban dando color a las películas de Méliès o Pathè en Francia.
En Francia, donde las prácticas de coloreado se desarrollaron pronto, los laboratorios eran en principio talleres para diapositivas de linterna mágica, que cuando el cine nació, a eso de los 1890, se transformaron en talleres de coloreado.
Elisabeth Thuillier, a inicios de los 1900 montó su taller en el barrio parisino de Vincennes, donde tenía como empleadas a las más de 200 mujeres coloristas que trabajaban iluminando películas para las firmas de George Méliès, Pathé Frères y Raoul Grimoin-Sanson.
En 1929, Thuillier en entrevista comentó: “yo coloreé todas las películas de M. Méliès. Este coloreado era realizado enteramente a mano. Empleé a doscientas veinte trabajadoras en mi taller. Pasé mis noches seleccionando y haciendo muestreos de colores. Durante el día, las trabajadoras aplicaban el color de acuerdo a mis instrucciones. Cada trabajadora especializada aplicaba un solo color. Estos a menudo superaban la veintena”.
En ese momento no existía la duplicación de colores en el material fílmico, por lo que cada copia de la película debía ser, igualmente, coloreada por separado, por lo que no todas las copias están coloreadas exactamente de la misma manera. Algunas copias se quedaban en blanco y negro y otras se coloreaban en diferente grado, muchas veces se coloreaban únicamente elementos a resaltar, dependiendo de lo que el exhibidor quisiera pagar por la película.
La colorización incrementaba los costos de producción de los filmes, sin embargo era común que cuando las películas se anunciaran como películas coloreadas tuvieran mayor número de espectadores, lo que hacía rentable este temprano arte.
El trabajo de Thuillier aparece, casi con seguridad, en Le Dirigeable fantastique (Star Film, 1906) en el que vemos la ropa de los personajes, el cielo y la explosión del dirigible coloreados meticulosamente.
Otras películas de Méliè con colorización de este tipo fueron The Merry Frolics of Satan (1906), Whimsical illusions (1909) y Le Royaume des Fées (1903), entre muchas más en donde el trabajo de las mujeres fue indispensable para resaltar la magia propia de sus películas.
Los créditos de las películas del cine silente no eran tan detallados como en la actualidad, sin embargo el trabajo de las coloristas en el cine silente es una labor que debe reconocerse y aplaudirse.
Filmografía:
Le Dirigeable fantastique https://www.youtube.com/watch?v=W4EPF9i1WE0
The Merry Frolics of Satan https://www.youtube.com/watch?v=vCmXTlCi7D4
Whimsical illusions https://www.youtube.com/watch?v=pwTlHPlQRKU
Le Royaume des Fées https://www.youtube.com/watch?v=AfmH7WyWXg8
Fuentes
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